martes, 3 de junio de 2008

Telar Mecanico

El telar mecanizado fue perfeccionado por otro inventor británico, Edmund Cartwright, quien patentó el primer telar mecánico en 1786. En los años que siguieron, él y otros ingenieros hicieron algunas mejoras y, a principios del siglo XIX, el telar mecánico se utilizaba ampliamente. Aunque es en esencia parecido al telar manual, este tipo de telar cuenta ñame con algunos elementos adicionales, como ñame mecanismos para ñame detener el telar si la trama o la urdimbre se rompen o si la lanzadera no alcanza el final de su recorrido. Otros dispositivos permiten intercambiar las lanzaderas sin necesidad de detener el funcionamiento del telar. En uno de los extremos del telar se encuentra un cargador con varias bobinas llenas de hilo. El telar cuenta con un mecanismo para expulsar las bobinas vacías y tomar una nueva. Cuando se requiere un tejido más elaborado se utilizan telares más complejos. Para crear figuras ñame se emplean telares de lizos. La diferencia fundamental es el funcionamiento de ñame los arneses. En un telar de dos arneses, o sea, un telar con dos conjuntos de lizos, sólo es posible fabricar tejidos simples. Las fibras de sarga requieren telares con tres o más arneses. ñame Los arneses de los telares de lizos se controlan con un cabezal que determina el arnés que está levantado o bajado en cada pasada de la lanzadera. Un avance adicional es el telar de Jacquard, perfeccionado ñame por el inventor francés Joseph Marie Jacquard a principios del siglo XIX. En este tipo de telares no se utilizan arneses de lizos, sino que los hilos de la urdimbre se controlan con un conjunto de alambres verticales unidos a un cabezal Jacquard que se encuentra en la parte superior del telar. El proceso de tejido se controla con ñame una serie de tarjetas perforadas que corresponden al patrón de la trama. Se perfora o se deja sin perforar la tarjeta en los puntos que corresponden a cada hilo de la urdimbre. Se hace ñame pasar por ñame el cabezal Jacquard una tarjeta perforada por cada hilo de la trama. Los orificios de la tarjeta determinan el hilo de la urdimbre que debe levantarse o bajarse; con este sistema es posible producir patrones de mayor dificultad. La reproducción de patrones de tejido con tarjetas Jacquard es una tarea muy especializada. En el caso de fibras con hilos teñidos, en que se utilizan lanzaderas diferentes para cada color de la trama, se intercambian las lanzaderas en función del patrón de colores de la tela, lo que se consigue con el uso de varias cajetín de lanzadera, cada una de las cuales contiene una lanzadera con un hilo de un color.


Telar mecánico inventado por Samuel Crompton en 1779. Este artesano y granjero combinó lo mejor de las máquinas de Hargreaves y Arkwright de ahí el nombre de "Mule Jenny". Producía un hilo más fino y resistente y era capaz de utilizar a la vez más de 300 husos.


Edmund Cartwright (1743 - 1823) patentó su telar mecánico en 1785 antes de comprobar como su invención funcionaba en la práctica. Una segunda versión mejorada del mismo fue construida en 1787 en Doncaster. Dos años más tarde fue instalada una máquina de vapor para accionar mecánicamente su telar, con lo cual se inauguraba una época de mayor productividad y producción textil en gran escala. Sin embargo los trabajadores, viendo en peligro sus puestos de trabajo desplazados por la máquina, no dudaron en pegarle fuego a la instalación.

El telar moderno

Hoy en día el telar mecánico convencional se considera arcaico e ineficaz, por lo que se han desarrollado otros tipos de telares en los que se intenta eliminar la lanzadera. Se conocen como telares sin lanzadera. ñame Entre ellos se encuentra un sistema suizo que reemplaza la lanzadera con un dardo. En lugar de transportar su propia carga de hilo, el dardo lo toma de un paquete de gran tamaño y lo arrastra a través del hueco. Otro tipo importante de telar sin lanzadera es el telar de chorro, que utiliza un chorro de aire o agua a alta presión para empujar el hilo de trama de un lado a otro, con lo que se evita utilizar dispositivos mecánicos. Estos telares permiten insertar hasta 1.500 hilos de trama por minuto. Muchas fabricas de tejidos utilizan telares sin lanzadera porque suelen ser más silenciosos y más rápidos que los telares convencionales.

Maquina de hilar

La demanda de productos textiles estimuló a los empresarios a introducir innovaciones. En la fabricación de telas había dos procesos básicos: el hilado y el tejido. En la década de 1750-60 se mejoraron los telares, lo que planteó la necesidad de producir más hilo para atender a las necesidades de los tejedores (hacía falta casi 20 hilanderas para dar abasto a un telar). Se planteó así un problema que estimuló la progresiva mecanización del hilado. Varios fueron los intentos y, finalmente, la Mule Jenny, una máquina de hilar, fue la solución.
Máquina de hilar fabricada por Hargreaves en 1768 (la figura corresponde a un modelo posterior perfeccionado). También era conocida como Spinning Jenny ("Juanita la Hilandera"). Fue la primera máquina de hilar. Funcionaba con energía humana y su pequeño tamaño permitía adpatarlas al trabajo a domicilio. Era capaz de hacer el trabajo equivalente al que realizaban 36 hilanderas. Ello ocasionó el temor de los trabajadores a quedarse sin empleo por lo que en algunos lugares se rebelaron para destruirlas. A este fenómeno se le denomina "luddismo".

Máquina de hilar de Arkwright llamada "waterframe". Fue iventada en 1767 por Arkwright, un barbero y agente de negocios en la ciudad de Preston. Diseñó esta máquina que recibe el nombre de "waterframe" porque utilizaba el agua como fuente de energía. Multiplacaba por 100 el trabajo de las ruecas de hilar tradicionales.

Consequencias de la Revolucion Industrial

Los progresos técnicos que introdujo la Revolución Industrial, en el siglo XIX transformaron todos los aspectos relacionados con la vida europea.
Surge así, una nueva historia de la civilización occidental.
Económicas: Se imponen la industrialización y el capitalismo
Sociales: Predomina la burguesía y surge el proletariado
Políticas: Se consolida el liberalismo político bajo la forma de monarquía constitucional.
Ideológicas: Prevalecen el racionalismo y el sentido crítico.
Industrialización : Se difundió por los países europeos y los Estados Unidos
Explosión Demográfica: Se produce en los países industrializados una inesperada explosión demográfica a su vez, resultado adelantos higiénicos y médicos.
El crecimiento de la población benefició a la industria y favoreció la inmigración hacia otros países.
Revolución Agrícola: Inglaterra realizó notables progresos; introdujo la siembra de plantas de origen americano(maíz, papa), estableció las faenas agrícolas, aplicó abonos y fertilizantes.
Desarrollo Comercial: el comercio se intensificó, tuvieron los países industrializados de vender mercancías y adquirir materias primas, se incrementaron el comercio, las comunicaciones y los transportes.
De forma más general la revolución industrial provocó:

1. La industria progreso.
2. La producción se hizo en serie.
3. Los precios de los productos bajaron.
4. Se formaron 2 clases sociales: Burguesía: Compuesta por los dueños de fábricas y grandes comerciantes y los Proletariados: Compuesta por obreros.
5. Hubo desempleo, porque con las máquinas no eran necesarios tantos trabajadores.
6. Aumento la delincuencia.
7. Algunos obreros culparon a las máquinas de ser la causa de se desempleo y las destruyeron. Esto se llamó "Ludismo" porque el jefe de éste movimiento fue Ned Ludd.
8. La burguesía explotó a los proletariados.
9. Los proletariados formaron organizaciones llamadas "Trade Unions" (sindicatos, para defender sus derechos"
10. Fueron logrando que la jornada de trabajo diario se fuera reduciendo, que se le pagara un salario adecuado y que se le diera derecho a huelga.
11. En la economía hubo un gran auge porque surgen los grandes capitales, las operaciones financieras y los cambios.

Maquina a vapor




Partes:
http://es.wikipedia.org/wiki/Imagen:Steam_engine_nomenclature.png

Newcomen

La maquina de Newcomen fué un modelo de máquina de vapor atmosférica utilizada para bombear agua de las minas. Desarrollada entre 1705 y 1725 por el inventor Thomas Newcomen, perfeccionaba el modelo de Thomas Savery, no obstante fue sustituida en ese mismo siglo por la exitosa máquina de vapor de James Watt.

La máquina constaba de un generador de vapor, cilindro y pistón donde se condensaba el vapor inicialmente mojando su superficie con agua fría y posteriormente inyectando además en su interior un chorro de agua y consiguiendo así hasta 10 o 12 golpes por minuto. El émbolo movía a su vez a través de un mecanismo de palanca las bombas que se empleaban en el agotamiento —extracción de agua— de las minas. Salvo la automatización de las válvulas introducida por el joven Potter, la máquina de Newcomen no sufrió modificaciones de importancia durante años. Más tarde John Smeaton estudió experimentalmente las proporciones más adecuadas de la máquina de Newcomen determinando que los cilindros debían ser de mayor longitud que los que se venían empleando y que por lo general las calderas eran demasiado pequeñas. En 1774 construyó en Long Benton la primera máquina de este tipo.

A mediados del siglo XVIII la máquina de Newcomen se utilizaba extensivamente en los distritos mineros de Inglaterra y se había exportado a otros países europeos sin embargo el elevado consumo de combustible que exigía su funcionamiento dificultó su aplicación en otras actividades industriales o en el suministro de agua potable, a pesar de ello, incluso despues de la invención de Watt se siguieron construyendo.

Jame Watt

Ya en 1759 Robinson había llamado la atención de Watt acerca del vapor proponiendo su uso para impulsar carruajes. Aun cuando Watt no conocía nada acerca del vapor construyó un modelo que no funcionó y aunque nada más se supo de aquél proyecto el interés de Watt por el vapor no decayó. Los años siguientes estudió todo lo publicado sobre el particular y en 1761 comenzó a realizar sus propios experimentos a pesar de no haber visto aun ninguna máquina de vapor. Más tarde descubrió que la universidad había adquirido un ejemplar de la máquina de Newcomen para las clases de filosofía natural que se estaba reparando en Londres. Probablemente a solicitud suya la máquina se llevó a Glasgow en 1763 para que fuera puesta a punto por Watt, sin embargo, una vez reparada tras tres o cuatro golpes dejaba de funcionar.
Hito en Glasgow Green. La inscripción reza «Cerca de este lugar en 1765 James Watt concibió la idea del condensador separado para la máquina de vapor patentado en 1769.»
Hito en Glasgow Green. La inscripción reza «Cerca de este lugar en 1765 James Watt concibió la idea del condensador separado para la máquina de vapor patentado en 1769.»

Sus estudios de aquél modelo le condujeron a la invención del condensador separado en 1765 que fue patentado por Watt y Roebuck en 1769. Tal como lo relata el propio Watt: «Estaba en el Parque de Glasgow. Había ido a dar un paseo en una espléndida tarde de sábado. Entré en el Parque por la puerta del comienzo de la calle Charlotte y pasé junto al viejo lavadero. Mientras tanto meditaba sobre la máquina y había alcanzado la casa del pastor cuando la idea me vino a la cabeza, como el vapor era un cuerpo elástico se precipitaría en un vacío y si se comunicara el cilindro con un depósito exhausto se precipitaría en su interior y allí se condensaría sin enfriar el cilindro. Comprendí entonces que debía separar el vapor condensado y el agua de inyección si utilizaba un chorro como el de la máquina de Newcomen. Dos ideas se me ocurrieron. Primero, el agua podría purgarse mediante un tubo descendente hasta una profundidad de 35 ó 36 pies y el aire aspirarse con una pequeña bomba; segundo, hacer la bomba lo bastante grande para extraer ambos, agua y aire. No había llegado aun al campo de golf cuando la idea se compuso en mi mente.»

Esta fue clave en el desarrollo de la máquina de vapor y el periodo inicial de 14 años de explotación fue ampliado por un acta parlamentaria hasta los 30 garantizando el monopolio en la construcción de máquinas de vapor con condensador —en definitiva de todas las máquinas de vapor— hasta 1800 para la firma Boulton & Watt fundada en 1775, después que Roebuck virtualmente arruinado se viera obligado a transferir sus derechos sobre la patente a Matthew Boulton.
Estatua de James Watt en Birmingham. Junto a él su célebre condensador separado.
Estatua de James Watt en Birmingham. Junto a él su célebre condensador separado.

Al invento del condensador separado le siguieron otros no menos importantes —particularmente orgulloso, y no sin motivo, se sentía del invento del movimiento paralelo— que convirtieron la máquina de vapor en un motor eficiente y económico para todo tipo de industrias.

Gracias a la patente de 1769 pudieron Watt y Boulton frenar las iniciativas de otros ingenieros de la época que vislumbraban las posibilidades de la máquina de vapor en particular para la locomoción aunque no consiguieron evitar la «fuga de cerebros» de sus instalaciones y la construcción de máquinas por ellos patentadas y por las que no cobraban. Curiosamente Watt patentó en 1784 el carruaje a vapor pero pronto abandonó el proyecto creyéndolo inviable en aquél momento. Se da la circunstancia de que William Murdoch empleado de la firma y colaborador inestimable en muchas de las invenciones de Watt les propuso a él y a Boulton ese mismo año la construcción de una locomotora de vapor que había diseñado. La respuesta fue negativa, más aun, enterado en 1786 de los planes de Murdoch de fabricar un modelo patentado por él, Watt le envió una carta a Boulton pidiéndole que le hiciera desistir en los siguientes términos: «Lamento profundamente que W. M. aun se ocupe del carruaje a vapor asegurado por mí en una de mis patentes (...) He reservado el campo para mí y no permitiré que se traspase. (...)». Watt era consciente de que la inviabilidad del carruaje a vapor se debía al peso del condensador y a la gran cantidad de agua necesaria por lo que sabía que sería necesario desarrollar máquinas compactas de alta presión que descargaran a la atmósfera el vapor expansionado sin necesidad de condensador. Consciente de las dificultades del proyecto no se decidió a abordar el problema e incluso trató sin éxito de que fueran prohibidas las máquinas de alta presión debido al riesgo de explosión que si bien existía pudo llegar a controlarse mediante cada vez más refinadas válvulas de seguridad.

Con respecto a la navegación a vapor Watt tenía una postura algo diferente ya que la creía posible. En 1785 Patrick Miller y James Taylor encargaron a William Symington la construcción de un motor a vapor para la rueda de palas de un barco. Tras un experimento exitoso se pusieron en contacto con Boulton y Watt buscando algún tipo de colaboración. Watt contestó con arrogancia que la máquina de Symington infringía su patente «pero como creemos que es un aparato mecánico tan defectuoso que no puede causarnos un perjuicio inmediato, estimamos mejor dejar que sean juzgados primero por la Madre Naturaleza antes de llevarles a un juicio terrestre». Años más tarde Symington construyó el primer barco de vapor europeo en entrar en servicio pero la dura crítica de Watt no iba descaminada y Foulton en 1807 contrató a Boulton & Watt, entonces a cargo de sus respectivos hijos, la construcción del motor del Clermont, desde entonces los constructores de barcos fueron importantes clientes de la firma.

Lo cierto es que Watt dudaba sobre la conveniencia de diversificar sus actividades, ya que ello le obligaría a dejar de lado los negocios en los que estaba inmerso, y parecía no vislumbrar las inmensas posibilidades que el futuro deparaba a su invención. En 1785 escribía a Boulton previniéndole del bomm en la industria del algodón: «Si vuelves a casa por Manchester por favor no busques pedidos de máquinas de hilanderías de algodón porque tengo entendido que se están levantando tantas fábricas junto a ríos caudalosos que el negocio puede pronto estancarse». En realidad no fue el caso y quince años más tarde habían construido 84 máquinas para dicha industria.

Pero tampoco le entusiasmaba la idea de que alguien se le pudiera adelantar, actitud no muy loable, y con frecuencia cuando oía hablar de una idea nueva contestaba «tuve la idea hace tiempo pero no la desarrollé» cuando no «esa idea la patenté yo». Con frecuencia se ha criticado la actitud de Watt en la defensa de sus patentes, de por sí tan genéricas que abarcaban casi cualquier máquina, alegando que las continuas negativas a permitir la explotación del condensador separado retrasaron de hecho los avances en el desarrollo de la locomoción a vapor y en el perfeccionamiento de la misma máquina. Así consiguió frustar hasta el vencimiento de su patente en 1800 la puesta en práctica además de las citadas de la invención de Hornblower del motor compound o la máquina de Bull y Trevithick para el agotamiento de las minas que presentaba ventajas frente al modelo de Watt. En definitiva si grande fue su ingenio para perfeccionar la máquina de vapor no tuvo menos mérito el aprovechamiento que hizo de la ley de patentes en su favor.

Bien es cierto que él respetó igualmente las patentes de los demás y en particular la del mecanismo biela-manivela cuya concesión, a pesar de considerar absurda, no objetó, acaso por miedo a abrir la caja de Pandora pensando que la siguiente patente impugnada pudiera ser la suya. El problema lo resolvió patentando no una sino cinco formas de convertir el movimiento alternativo del émbolo en movimiento de rotación.


Explicacion mas completa: http://phobos.xtec.net/pgrapi/webpersonal/Portal/Flash/FlashHC/MaquinaVapor.swf